domingo, 8 de abril de 2007

CARLOS BELLATÍN: APUNTES DE POÉTICA


I
(Herencia de Heráclito)

¿Dónde está la poesía…?

Recuerdo que un día, callado
contemplaba
los volcanes,
el río,
el valle...
En eso vino alguien y me instó
a que mirara su voz, su lamento.
Contemplé entonces
al Sol adueñarse de cúspides helados,
a las piedras retumbar en el río,
a los pájaros mecerse en ventoleras…

¡Es HER MOSO!

… Su lágrima resbalaba llena de la m e n t o

II
(Herencia de Marx)

Poesía
es
nítida sombra
encogida
o alargada
extendida
o arrugada
que azules mentes
dan
al ser heridas[1]
por la luz del mundo.

III
Eros

Y fue a esa edad.. Llegó la poesía
a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo.
Pablo Neruda

La poesía es un trabajo difícil
que se pierde o se gana
al compás de los años otoñales.
Javier Heraud

Poesía, te veo lejana:
tu negror
palpable
no me corresponde.
Poesía,
a mis rancios viniste a retozar...
pero este adiós
ha llegado de prisa
y te fuiste llevándote la sombra.

Poesía,
no te busco
desesperadamente
pero aguardo tus botas de tiza…

Cuando a veces
azuleas
franca y sucia

de pronto huyes
(blancor de bóveda)
Entonces yo… pasmado
contemplándote…

Te vas,
corriente de besos.
Te toco pero no te tengo.
No eres mía, te poseo:
un coito perverso
o un solo beso
tierno.


Tánatos

¡No
flirtees! ¿no ves
que estoy harto de ti,
cansado hasta en los tímpanos?

Déjame
solo
porque me enferman tus
fatuos remedos del mundo
(pues no eres sino su burdo plagio
con más complejos: estoy atollado en el
centro de mi garganta)

… aunque hayas sido maravillosa.

Deshazte de mí,
¡no me agobies más!
porque no puedo explicar lo que siento
mediante tus locuras. No me quites
más el sueño: te busco y te busco, obscena
y hermosa puta,
y no haces sino desfigurar lo que veo:
maquillas lo mórbido con las flores más grotescas
y conviertes lo sublime en viles versos que pretenden
existir por ellos mismos.

Huye de mí
porque soy incapaz de fulminarte aunque estés
ultrajada, hecha heces, escondida
en mi cerebro infecto
que bordea del exterminio.

Poesía, prostituta, no te vistas ni te desnudes delante de mí
pues si desnuda, te visto
relamida gazmoña ridícula;
y si vestida, no sé
desnudarte; pues nunca
te he conocido.

Vete, déjame
en el mundo que existe por sí solo
y no vuelvas... que incluso
mujer ninguna
será la amante que tú no fuiste.


IV
Arte Poética (Segunda versión)

Sólo la gente limitada no juzga por las apariencias.
El verdadero misterio del mundo es el visible, no el invisible

Óscar Wilde

¡Más que el arte la vida!
La vida misma es un arte
sin artista.

Ojos grises.
Hermosa más que ellos
jamás su poesía.

Rasgado en su interior
un relámpago plateado…

Bellos como en el agua el reflejo de la tarde.
Como una nube labrada en un surco celeste.

Son un diamante intocable
como un fantasma de hielo,
como un trozo diáfano
de cielo...

En ellos mueren mis versos:
en su veneno nutricio
fenecen las frágiles voces.

Las frágiles voces se acaban
en donde su musa comienza:
Está el arte en el mundo
y el artista está en el arte.


Caóticas (lenguaje natural)

Las palabras son mazmorras con paredes de nube que se deshacen si no las advierto. Las olvido y trajino descarnado, hecho huecos enlazados, hasta que encuentro palabras candado y acaso un adverbio es una llave maestra que me deja ver lo que respiro.
Las palabras se escapan y regresan como el deseo, se endurecen y las mastico, me quiebro dos dientes; se enfurecen, me escupen de sus bocas vidriosas... las miro y se cierran. Luego se abren como una flor femenina; son de algodón, volátiles, muelles; me cubren, me envuelven, me estrechan como boas, me violan y exulto con su sexo apócrifo, se vuelven rojísimas y sanguíneas, huelen a nido y a señora... se difuminan… Y sigo vivo.
Otras se acercan con colores geométricos, con color de hombre sentado mirando el atardecer, con color de incienso hambriento... Esparcen un frío leve por los brazos y me escarapelo. Como algas danzan sinfonías al compás de la ola verde. Enmarañadas no dejan ver sobre sus lindes y yo tengo que escapar de las palabras.
Salgo corriendo de sus dominios, y afuera encuentro niños —algunos con sonrisa—, calles entrañables no asfaltadas, adorable gente obtusa y pacíficos gusanos; artistas en macetas e inquilinos que trabajan sin entender para qué. Hay humo de vehículos. Hay edificios. Encuentro mis manos, no sabía que tienden a estar contraídas.
Y ahí, una hoja de papel con palabras.

(Julio 2002)


Poesía (la reconciliación)

Valiosa como ün sueño,
inútil como un dislate;
en cada línea se asienta
como un anciano en un parque.

Es en las mientes locura,
en el papel es un arte;
venga de adentro o de afuera
el la voz azul de la imagen.

Sensaciones en concierto
que rehúsan ser olvido:
aun de ser arrinconada
vida latente en un libro

fuera airosa hasta que polvo
se hicieren las hojas gualdas
si a algún lector dio vida.
Si se sembró en una almohada

la poesía, el poeta
puede ya morir tranquilo:
no es morir morir de viejo;
es morir morir de olvido.


Carlos Bellatín (Arequipa, 1980). Estudió Ingeniería en la Universidad Nacional de San Agustín, fue fundador, director, redactor y articulista de la Revista Virtual de Cultura y Política “Espergesia”. Ha publicado artículos y poesía en diversos medios, tanto virtuales como impresos. Fue promotor cultural en Arequipa y organizó eventos como Mesas Redondas Literarias y Clubes de Cine.

[1] herir. 10. tr. Iluminar a alguien o algo, alcanzarle la luz, especialmente la del sol. (fuente: DRAE) (N. del E.)

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