domingo, 21 de octubre de 2007

WILLY GÓMEZ - ESCRITO PARA UNA POETA PERUANA


1

La capital del deseo en un texto raro

El deseo por ti es el advenimiento de la cosa definida
O es la cosa puesta en tu cuerpo tan lejos de ese dolor
Que azuza con trampas para hacerte morir

Es ese el buen morir
Un rechazo que para renacer había envuelto su deseo
Midiendo la distancia del otro que había ganado

Todo el campo donde las ambiciones se vestían modernamente
Y he ahí el primer fastidio de tenerlo
Lejos o ya aproximándose después de sus asaltos

Letra viva encarnecida pero muda todavía con sus ganancias
Así verdadera en su primera matanza
Frente a tus adefesios a los míos o a los que trae el aire

Que están dando forma a la oscura decisión
El acto frente al oprobio de un ser indefenso
Que especula con sus muertos el deseo ganado

Pero el deseo ya no es tu cuerpo
Quiera que no sea tu cuerpo el deseo porque veo
Dispuestos otros ritmos que son frecuentes

En el renacimiento simbólico de la forma
Donde la muerte ya no es un pronunciamiento
Muerte es sobretodo un ejercicio de la vanidad

Y he ahí vida y tu deseo por cultivar
Ese campo oscuro
Perspectiva vertical como una daga

Arma que recuesta un panorama real
E imaginario también
Perfecto para mis ojos que no verán tu sepultura

agosto, 2007


2

TU ÚLTIMO POEMA es la incomprensión de mi vida

Y sin ojos he tenido que nadar sobre tu mar violento hacia
la totalidad de la visión que define nueva forma de escritura

Así debe ser seguro el primer látigo de nuestro silencio
para componer el último episodio de un suceso menos doloroso
cuando admitimos a la muerte,

el canto barrendero

Porque ahí
echa un mar de fondo
mientras traspasaba la ventana por donde te descubrió

(o tú la descubriste
siento que la descubriste con su piel de sapa,
vagabunda sin reproches, estúpida en su silencio)

repercutía un sonido que posibilita las nuevas claridades

vale decir
celebración del escape de las emociones en gracia

Porque tu risa
tus lágrimas escondidas
tu rabia

no son los clichés del otro ni de la forma bella
del pensamiento

Porque no estás condenada
ni bendecida

Hay un canto perfecto
una urgencia por limpiar, también, el campo de tanto manantial

y tú
la otra voz
le confiere al pensamiento su constancia,

la claridad de que es eterna

la lucha contra el demonio


Willy Gómez Migliaro
Miraflores, octubre 2007

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